El desaprendizaje es un método que permite poner en duda aquello que sabemos y, sobre todo, de qué manera lo hemos aprendido o lo hemos asimilado. Se trata, por tanto, de un mecanismo crítico de autorreflexión que nos permite interrogar las formas habituales o tradicionales de pensar.
¿Qué es el desaprendizaje?
Por supuesto no se trata de olvidar o borrar lo que se conoce, sino de poner en duda la manera que tenemos de aprender, de asimilar conceptos, preguntarnos a través de dónde nos llegan…
El aprendizaje, como sabemos, no es siempre aumentativo ni lineal: existen muchas formas de aprender y estas no son siempre cuantitativas. Las mutaciones y las transformaciones son necesarias en todo proceso de aprendizaje y también ellas nos ayudan a conocer más, pero sobre todo mejor.
En muchos casos no basta con la adición de nuevos conocimientos, sino que se hacen necesarias algunas de estas transformaciones respecto de los conocimientos que ya se dominan.
¿Cómo puede llevarse a cabo?
El desaprendizaje permite “desandar” el camino que se ha recorrido hasta llegar al momento presente y observar de manera crítica y constructiva aquellas parcelas que han quedado desiertas o aquellos espacios construidos sobre bases que pensamos muy estables, pero que, con la distancia temporal y crítica, resultan no serlo tanto.
Se trata, por tanto, de poner en marcha prácticas que fomenten la valoración del propio saber poniéndolo en contexto con experiencias vitales y emocionales, la importancia del proceso por encima del resultado o la flexibilidad frente a la rigidez.
Es decir, el desaprendizaje no se basa en el olvido o el reset de los contenidosque se dominan, sino de la manera en que los aprendemos, si los ponemos en duda o no, si les otorgamos una validez universal o si realmente podemos (y sabemos) cuestionarlos desde algún lugar.
Romper con la mirada única
En este sentido, es fundamental fomentar una mirada plural en el alumnado que valore y aprecie la importancia de la incertidumbre y la duda y la aceptación de que en todo proceso de aprendizaje entran en juego vínculos humanos y procesos vitales que determinan de una manera u otra lo que se aprende, algo que permitirá crear una actitud crítica frente a los propios procesos de aprendizaje o conocimiento.
