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Cómo trabajar en el huerto infantil durante el invierno

A pesar de que el invierno es una de las épocas más tranquilas del año, el huerto infantil sigue proporcionando muchas posibles actividades para poner en práctica con los alumnos. ¿Quieres descubrir cuáles son?
Infantil

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En invierno llegan los días más fríos del año, y parece que las actividades didácticas cada vez sean más de puertas adentro y en el interior. Sin embargo, hay una actividad que les encanta a los niños en cualquier época del año, haga frío o calor: el huerto.

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El huerto escolar infantil, a pesar de las bajas temperaturas, se puede seguir trabajando junto con los estudiantes. En este artículo veremos qué actividades pueden practicarse durante los meses de invierno para aprovechar al máximo esta labor.

El huerto infantil como herramienta didáctica

Crear y trabajar un huerto infantil en el colegio es una actividad perfecta para que los niños y niñas mantengan un contacto cercano con la naturaleza

Aprender en contacto con la naturaleza no solo ayuda a poner en práctica ciertas habilidades para seguir aprendiendo, sino que también ayuda a los niños a reducir su estrés. Este es uno de los principales motivos por los que es recomendable trabajar en clase un huerto infantil, pero hay muchos más.

El huerto infantil permite a los pequeños conocer el proceso de germinación de las plantas y las verduras, conociendo y entendiendo el origen de los alimentos que consumen. Otro beneficio derivado de este conocimiento es que, al haber visto todo el proceso, es más probable que los niños quieran incorporar estos alimentos saludables en su dieta.

Tener un huerto en la escuela también permite trabajar valores tan importantes como la paciencia, el esfuerzo y el trabajo en equipo. Se necesitan varias semanas para conseguir frutos y, en este tiempo, los alumnos serán los encargados de sembrar, regar y cuidar las plantas. 

En definitiva, tener un huerto infantil no solo es divertido, también conlleva muchos beneficios para toda la clase, tanto a nivel grupal como para cada uno de los alumnos. Sin embargo, en una época marcada por las bajas temperaturas y la falta de luz solar como es el invierno, ¿cómo podemos seguir trabajando?

Actividades invernales para el huerto infantil

A pesar de lo que pueda parecer, el huerto infantil también necesita sus cuidados en los meses de invierno. De hecho, es una época estupenda para hacer ciertas tareas que en otro momento no podríamos poner en práctica. ¡Vamos a verlas!

Calendario de siembra de invierno

Los meses de primavera y el verano son la mejor época para cultivar muchos tipos de frutas y verduras, pero en invierno también se puede aprovechar el terreno para hacer crecer algunas hortalizas y tubérculos. En especial, es una buena época para cultivar patatas y ajos. Otros alimentos que pueden prosperar bajo las frías temperaturas son las acelgas y las berenjenas.

Aunque en invierno no haya una gran explosión de color, podemos aprovechar para enseñar a los alumnos cómo se cultivan otros alimentos, igual de importantes para su dieta.

Abonar el huerto

En invierno, es recomendable dejar reposar el huerto y abonarlo, con el propósito de cuidarlo y prepararlo para la siguiente temporada. Por eso, una buena actividad que puedes hacer con los estudiantes es abonar el huerto con nueva tierra.

De este modo, cuando en primavera plantéis las semillas, las plantas podrán crecer sanas y fuertes, con más nutrientes. Además, es un buen aprendizaje sobre cómo funcionan los cultivos y las estaciones.

Preparar y limpiar el terreno

Aprovechando el momento de abono, algunos de los estudiantes también pueden encargarse de limpiar las hojas, sacar las malas hierbas y ordenar el taller del huerto para que todo quede listo para la primavera.

Época de mantenimiento

Como puedes ver, aunque también es necesario cuidar del huerto en invierno, es una época de mantenimiento, limpieza y puesta a punto para el año nuevo. También es un buen momento para explicar a los niños que, en la naturaleza, todo tiene un ciclo, y a veces es necesario estar en calma y reposar.

Poder tener este contacto cercano con la naturaleza permite a los niños trabajar la inteligencia naturalista y ser más conscientes sobre la paciencia y satisfacción de ver germinar sus resultados. Además, tener contacto con la tierra y el ejercicio que comportan las tareas del huerto es una buena manera de poner en movimiento su cuerpo y disfrutar del trabajo en equipo.

Si estás buscando nuevas metodologías en el aula para incorporar la naturaleza en el día a día de los pequeños, te invitamos a conocer nuestro programa Inspira. En él, encontrarás actividades para trabajar la calma y otras competencias en el aula de educación infantil.

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