¿Cómo logramos educar a los alumnos para que sean autónomos?
Poner en el centro del aprendizaje al alumno y reconocerlo como protagonista del mismo lleva consigo la transformación de su papel en el colegio. El alumno tiene un papel activo en su aprendizaje y, para ello, apoyado por su tutor y grupo-base, al inicio de cada curso se plantea los objetivos que querrá conseguir a corto y largo plazo y toma las decisiones que cree que se lo facilitan. Para que sean alcanzables, estos objetivos deben ser concretos, medibles para su comprobación, alcanzables y posibles para él. A la vez, deben ser objetivos relevantes, rigurosos, enfocados a obtener resultados y siempre con límite para evaluarlos (lo que se conoce como smart goals).
A partir de ahí, el alumno también establece las estrategias que utilizará para lograr sus objetivos y crea, así, su Plan Personal de Aprendizaje, que revalida semanalmente en su grupo-base y cada dos o tres semanas con su tutor. Estas estrategias no se limitan a enumerar actividades, sino que suponen la elección de las sesiones en las que decide participar, las actividades de distintos proyectos que se compromete a entregar en un momento determinado y otras actividades optativas de su interés. Este ciclo, consistente en establecer objetivos, escoger estrategias, realizar el trabajo, autoevaluar el proceso y los resultados, contestarlos con el tutor y sacar conclusiones para el plan de mejora, es lo que permite al alumno ser cada vez más autónomo en su itinerario de aprendizaje.
Es el tutor quien, mediante un programa de coaching, ayuda al alumno en su crecimiento, aconsejándolo, orientándolo y guiándolo para que sepa establecerse objetivos, encontrar estrategias adecuadas, planificar el itinerario y reflexionar sobre su proceso de aprendizaje.
Para ello, podríamos utilizar el método GROW («crecer»). Se trata de un acrónimo cuyas siglas marcan el proceso a seguir:
Goal: establecer los objetivos a largo y corto plazo.
Reality: examinar la realidad para explorar la situación presente.
Options: tener en cuenta las opciones o estrategias posibles.
Will: determinará qué, cuándo y quién lo hará y expresa la voluntad y el compromiso de llevarlo a cabo.
A través de estas cuatro etapas, crece la conciencia de las aspiraciones del alumno, que consigue una mejor comprensión de su situación actual, y se le abre un mayor abanico de posibilidades para alcanzar sus metas y ser autónomo para siempre.
Fragmento de Aprender hoy y liderar mañana