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Jordi Sellabona: «Lo más difícil de enseñar matemáticas en Primaria es que los niños no les tengan miedo. A veces el entorno transmite miedo a las matemáticas. Eso se debe acabar y es lo que trabajo»

Hablamos con Jordi Sellabona, maestro de Primaria en el Col·legi Escolàpies Llúria de Barcelona, sobre su visión y trabajo en el aula de matemáticas.
Entrevistas

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Detrás de la reciente renovación de EMAT hay un proceso laborioso, fascinante y motivador que han llevado a cabo varios equipos de trabajo, siendo uno de ellos con docentes que trabajan con el programa desde hace años. Jordi Sellabona es uno de los maestros que han colaborado en la renovación y hemos aprovechado para entrevistarlo y preguntarle sobre su visión de las matemáticas.

Jordi trabaja con EMAT desde hace 12 años. Especializado en Magisterio de Educación Primaria y Educación Física, y con un Posgrado en Dirección de Centros Escolares.

¿Cómo viven tus alumnos las matemáticas?

Las matemáticas les gustan a la gran mayoría. Hay de todo, como en todos sitios. Con EMAT las viven bien gracias a las actividades de enseñanza y aprendizaje, porque son muy manipulativas y usamos mucho juego, los cubos, los matijuegos… Es un producto que para ellos es atractivo. Luego, te lo tienes que preparar bien como maestro, porque hay que guiarlos, darles pautas para que el juego sea aprendizaje: ¿Esto por qué ha pasado? ¿Qué piensas que puedes hacer ahora en este ejercicio?

Lo que en un deporte equivaldría a la parte táctica: el implicarlos y que ellos lo hagan, pero debe haber acompañamiento y con los años aprendes que o tú te preparas la sesión o esa orientación no sale. Porque si tú no te lo preparas, no sabes lo que buscas y no les puedes ayudar a ellos a encontrarlo.

¿Cómo adaptas el método de EMAT en tu día a día?

Nosotros nos sentamos con la paralela que tengo este año, con Gloria, y lo hablamos: «Toca esto». Ella se lo mira, me lo miro yo, luego nos lo miramos juntos: «he visto que lo importante es trabajar este concepto, que esto sirve para introducirles…» Sobre todo si tú no te lo preparas antes, cuando estás en la clase, tú no puedes retroceder porque tienes los alumnos esperando a que les expliques, a que les ofrezcas, a que les ayudes. Entonces, si no te lo has preparado previamente, sí que puedes salvar la clase, pero EMAT no es llegar y abrir el libro y decir «como decíamos ayer…», no. Necesita una preparación.

¿Por qué? Porque al final el método tiene tantos recursos, y una clase no tiene un solo tipo de actividad, sino que son manipulativas, otras que son más juegos, otras que son un aprendizaje basado en problemas… Todo esto o tú lo dominas y sabes por dónde guiarlos, o al final es un caos para ti y para ellos, porque vas salvando, salvando, pero no llegas. No es una clase de mates convencional como las que tuve en EGB. Por muy bueno que fuera el profesor, no es como EMAT. A mí a veces me ha tocado hacer alguna materia que no la tengo tanto por la mano. Te la preparas, y la defiendes ganando seguridad para transmitirla.

Las clases de mates están organizadas en tres momentos que incluyen varias actividades según el momento. ¿Qué crees que aporta esta estructuración?

Yo hago el símil con una clase de educación física, en la que primero debes preparar el cuerpo para luego hacer la parte principal, y finalmente volver a la calma. Esas tres partes son las tres partes que hace EMAT. Primero con los problemas orales y el cálculo mental:  el calentamiento. Para que ellos ya entren en la dinámica, se introduzca o no el concepto de la sesión, es un «ey, estamos en mates», están todos atentos y se hace el silencio porque tú haces una pregunta y esperas respuestas. Eso ya te los prepara. Luego está la parte principal, que es dónde trabajas, pero ellos ya vienen de la preparación «estamos en mates», han calentado y haces la parte principal. Finalmente, para sintetizar ideas, para rebajar un poquito, el diario matemático o el «Para acabar» que consta de alguna actividad un poco más relajada, de autorreflexión con el diario, el pensar qué he aprendido o qué no he aprendido de este concepto. Es decir, la vuelta a la calma. Para mí es este esquema, son conceptos que yo también aplico en las clases de educación física.

Y vuelvo a una de las ideas principales: si tú te lo preparas bien, pasas bien de una parte a otra porque la tienes programada, la tienes pensada y sabes cómo harás los puentes. Y los alumnos están recibiendo consignas, actividades sin parar, pero tampoco sin estresarse.

Con EMAT, yo hago el símil con una clase de educación física, en la que primero debes preparar el cuerpo para luego hacer la parte principal, y finalmente volver a la calma.

Por que, ¿cuáles dirías que son los retos de enseñar matemáticas en Primaria?

Lo más difícil de enseñar matemáticas en Primaria es que no les tengan miedo. A veces el entorno transmite miedo a las matemáticas. Aún tenemos asignaturas maría y aún tenemos asignaturas muy importantes y chungas en las que tu vida depende de que no la suspendas en 3.º de Primaria. No, no. Eso se debe acabar y es lo que trabajo. Ese es uno de mis objetivos personales: trabajar tranquilos. «¿Que no lo sabes? Ah, tranquilo, pero trabaja, yo te acompaño a tu ritmo». Yo tengo niños que cuando corrijo los problemas hay veces que me dicen: «Jordi, pero si no te he dado el resultado bien». Digo: «claro, porque te has equivocado en la operación final, pero el razonamiento está bien». Otro: «oye Jordi, yo tengo otro resultado». Respondo: «sí, pero me has explicado que en ese punto tú lo has valorado de esta manera». No es lo que buscaba con el problema, pero tú me has razonado el por qué de esa respuesta, entonces yo te lo doy por bueno, te lo tengo que contar bien, porque tú matemáticamente estás funcionando. Y es esto.

EMAT representa toda una transformación en la forma de enseñar las matemáticas. ¿Cómo superar este cambio cuando empiezas ?

Llevo trabajando con EMAT unos 12 años y he visto y vivido toda la evolución. Cuando empecé con EMAT, daba las matemáticas en 2.º de Primaria, y con la paralela que tuve nos organizamos bastante bien y fuimos aprendiendo los dos un poquito de la mano. Nos costó dos años porque el primer año veníamos de unas matemáticas más convencionales, entonces esto no es un mes, es empezar a creértelo. Sobre todo trabajarlo mucho, trabajarlo mucho. Hay días, sobre todo al inicio, que es una cuestión de fe. Es así porque tú vas a ciegas, nadie te va a asegurar que eso te funcione. Lo que pasa es que tú a medida que lo vas trabajando también tienes tus recursos como maestro, porque al final en el aula decides tú y sabes lo que te funciona cuando conoces a los alumnos.

Así, el planteamiento de EMAT también tiene una parte que es subjetiva. No en el método, pero sí en lo que les explicas, cómo se lo explicas, cómo introduces las cosas y cómo esperas su respuesta. Todo esto requiere tiempo. Estuvimos dos años, y cuando acabamos el segundo año nos miramos y dijimos «ya está». El primer año fue de aprendizaje. Nos presentamos: «Hola, soy EMAT», «hola, soy Jordi». El segundo año ya dimos una vuelta de tuerca más y el tercer año ya lo acabamos todo.

Entonces, ¿qué consejos darías a los maestros que quieran empezar con EMAT?

Los inicios se superan poniéndole voluntad y poniéndole ganas. Y al final, lo que se nos pide es nuestro trabajo y nuestra entrega. Es cuestión de prepararlo bien, también desde el colegio. Dar un empujoncito y acompañar. No solamente decir «mira este año he pensado que harás EMAT en 3.º: suerte». Hay que acompañar, dejarles unas horas al menos al principio de curso, hablar con compañeros que lo han hecho, y sobre todo contar con tekman. Hay un apoyo de EMAT desde tekman para los colegios que incluye cualquier cosa: por correo, viene un especialista, entráis en el aula con los alumnos para acompañar, para verlo funcionar, explicáis lo que sea, etc.  Esto está muy bien y desde tekman hay acompañamiento, de esta manera el que empieza que se lo prepare bien y que no se agobie y vaya haciendo. Irá entrando dentro del método y los alumnos también.

Cualquier cambio tiene su tiempo de adaptación. Y si es un cambio en la manera de pensar y es un cambio pedagógico, tiene sus meses de adaptación. Su tiempo es largo porque es creer que esto tiene un sentido, ¿no? Que esto está muy pensado, esto ya lleva años trabajando, ya no es una cosa de ahora de hace un par de años. Esto tiene todo un recorrido. Un recorrido donde ha tenido pausa, reflexiones y toma de decisiones. Y esto ha llevado cambios, y no solo que la guía sea más bonita. No solo cambios estéticos, sino que hay cambios pedagógicos. Después de hablar con muchísimos maestros, con encuestas, con colegios, se recoge la información, cada cual da su parte y desemboca en un cambio, como ha pasado ahora con las guías. Ya habían cambiado hace relativamente poco y este año vuelven a cambiar las de primero, segundo y tercero.

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